Una fuerte depresión y un trastorno alimentario me dieron la oportunidad de darme cuenta cuál iba a ser mi vocación. Sabía que quería vincularme con otros y ayudarlos por medio de ese vínculo. Fue así que llegué a la psicología clínica. Hoy agradezco lo que viví, porque en esa oscuridad encontré a Dios, que iluminó mi caminar hacia la profesional que soy.
Mi nombre es Montserrat Benaprés y soy una persona cercana, amable y sensible. Busco vincularme con mis pacientes mirándolos a los ojos y formando un hermoso vínculo terapéutico. Uno de mis propósitos de vida es dejar una semilla en su corazón y ver cómo esa semilla da frutos. Psicoterapia significa cuidar el alma… ¡amo esa definición!
Llevo ejerciendo mi profesión como psicóloga clínica hace más de 12 años, tanto en la salud pública como privada; atendiendo a pacientes con depresión, trastornos ansiosos, trastornos de personalidad Bordeline, bipolaridad, problemas socioemocionales y a quienes, simplemente, están en la búsqueda del bienestar perdido y del sentido de la vida.
Soy cristiana, sé que todo lo que soy es gracias a Dios, que cada alta que doy en mis terapias y cada avance que consiguen mis pacientes es gracias a Él. Dios me ha guiado en este caminar laboral desde que decidí como profesión y vocación la psicología. Cuando tu profesión es tu vocación… ¡es ahí donde perteneces!